¿Qué hicimos?
YOGA: Cada mañana comenzamos con 2 horas de yoga, meditación y técnicas de respiración. Estas sesiones nos ayudaron a soltar el estrés, abrir el cuerpo y prepararnos con energía y presencia para el resto del día.
SURF: Tuvimos la suerte de contar con condiciones perfectas. Hubo olas pequeñas ideales para quienes se iniciaban, y olas más largas y limpias, casi sin gente, para los más avanzados. Contamos con varios instructores que se adaptaron a cada nivel y necesidad, haciendo que todos avanzáramos con confianza.
TALLERES: Durante el retiro ofrecimos varios talleres para seguir aprendiendo:
- Sueños lúcidos: El primer día conocimos herramientas para tener sueños conscientes, y durante la semana fuimos aplicándolas y compartiendo nuestras experiencias.
- Saltos y equilibrios de brazos: Aprendimos las bases técnicas para flotar entre posturas y practicar diferentes equilibrios sobre brazos.
- Handstands: Dedicamos una divertida sesión al pino. Porque sí, todos amamos aprender a estar boca abajo.
- Ashtanga en parejas: Cerramos el ciclo de talleres con una práctica de yoga en parejas, que nos ayudó a confiar, conectar y aplicar nuevas sensaciones a la práctica individual.
- SURFSKATE: También nos divertimos mucho con el surfskate, una disciplina que nos permitió mejorar la técnica de surf incluso en los momentos sin olas. Fue clave para integrar mejor los movimientos sobre la tabla.
- VISITA A NAZARÉ: Uno de los momentos más especiales fue la visita a Nazaré, el hogar de la ola más alta del mundo. Aunque no vimos olas de 30 metros, el lugar nos dejó con la boca abierta y una energía que se siente solo ahí.
¿Dónde fue?
Todo sucedió en Surfcamp 360, un campamento familiar ubicado en Santa Cruz, al norte de Lisboa. Rui y Andreia, sus fundadores, nos hicieron sentir como en casa desde el primer momento. Sin duda, muchos nos llevamos su calidez como parte del recuerdo más valioso del retiro.
Santa Cruz está entre Ericeira y Peniche, dos destinos muy conocidos para surfear, pero con la ventaja de estar mucho menos masificado. Eso nos dio espacio, seguridad y muchas más olas por persona, tanto para los que se iniciaban como para los que ya llevaban tiempo en el agua.
Algunos detalles importantes que hicieron la diferencia:
- Todo el material estaba incluido: neoprenos, tablas de surf de excelente calidad (que hacen mucho más fácil el aprendizaje) y esterillas de yoga.
- La comida fue completamente vegetariana, deliciosa y muy variada. También hubo opciones para quienes lo necesitaron
- Transfer desde el aeropuerto: el camp ofrecía esta opción, y además, varios asistentes compartieron coche, lo que hizo el viaje aún más divertido desde el inicio.
- Fue una experiencia que seguramente repetiremos. Si estuviste, sabes de qué hablo. Y si no, espero que estas palabras te hayan transmitido un poco de lo que vivimos.